lunes, 24 de enero de 2011

Arte Hispano-Visigodo y asturiano

Esta nueva entrada pretendo dedicársela a una de las preguntas que tuve que contestar en mi último examen de arte paleocristiano. Consistía en una comparación de dos periodos artísticos que son el hispano-visigodo y el asturiano ayudandonos con dos obras características de dichos periodos, del hispano-visigodo San Juan de Baños y del arte asturiano San Julian de los Prados.
Dicho esto, nos adentramos en encontrar las principales diferencias entre una arquitectura y otra. Aun que a primera vista en planta las dos parezcan muy similares debemos acordarnos de la clave que nos ayudara a situar una planta arquitectónica en el arte hispano-visigodo, y esa es la ausencia de contrafuertes.


         San Juan de Baños. 661.

Es la única arquitectura hispano-visigoda en España que consta de fecha de construcción, el año 661. Hay diferencias de cómo era antes a como la encontramos en la actualidad. Los ábsides de los extremos se unen cubriendo los espacios de la cabecera haciendo una planta más rectangular quitándole las estancias laterales.
Es una planta que consta de un pórtico que va distribuir la planta en una capilla en el centro y dos laterales. Es una arquitectura singular, distinta tal como se presenta sobre todo en la cabecera y como observamos toda la iglesia tiene unos gruesos muros y además no hay contrafuertes, como ya he dicho antes. Esto va ser una constante en la arquitectura visigoda, gruesos muros que se confortaran con sillares conviviendo con la mampostería.
            Hay que destacar el ábside principal que será de planta cuadrada al exterior y al interior en ocasiones cuadrada y en ocasiones de herradura. Si nos aproximamos al interior, lo que es la nave principal sobre todo y las otras dos se levantan sobre columnas que son todas aprovechadas de los templos y construcciones civiles que ya no estaban en uso y se utilizaban para levantar iglesias, por eso nos encontramos capiteles romanos muchas veces en estas iglesias.

            La cubierta es de madera, frecuente sobre todo en las plantas basilicales. Además de todo ello, vemos ya en el interior estas ventanas que se abren al exterior. Hablábamos de planta basilical no solo en el dibujo, si no en el alzado de ese carácter clásico de elevar mas la nave central para poder abrir ventanas para introducir la luz. Esta nave lateral de San Juan de Baños más pequeña, con los arcos de herradura y la cubierta de madera. El ábside que en alzado se abre en lo que es este arco de herradura con muy poca decoración, tan solo una línea de impostas en lo que es el cierre del arco, se abre una ventana en el ábside, algo que ocurre siempre influenciado sobre todo por San Isidoro porque las iglesias tienen que estar orientadas al este y el dice que a través de esa ventana se introduce la luz e ilumina el espacio sagrado donde se encuentra el altar, por eso todas las iglesias tendrán esa ventana.
            Al exterior es una iglesia que refleja lo que era la planta pero algo mas, vemos que nos llama la atención el juego de volúmenes. Hay una voluntad casi exagerada para reflejar al exterior los volúmenes de esa arquitectura, sin justificar mucho porque el pórtico en una altura, los ábsides a otras… ese carácter tan cambiante quizás justifique también como es el interior de estas iglesias (no en esta porque no se conservan las estancias laterales) es un interior como hermético que le cuesta que pase la luz, la iglesia hispanovisigoda será una construcción tortuosa en el interior que tiende a la oscuridad, es como subrayar ese secretismo que siempre tiene la divinidad. Esto es algo muy característico de esta época quizás impulsado por el monacato.
            Por ultimo indicar como se repetirán en esta y otras iglesias las celosías y unos ventanales decorados a los que le faltan algunos pilares en los que se apoyaría el capitel y subrayar una cruz que se introduce en la clave del arco de afuera y que se introduce en el arco de dentro. Es algo que indica algo especial ya que la cruz está en la calve de los arcos de entrada a la iglesia, la del presbiterio, en la clave (es la pieza que hace que se sostenga el arco) y en la clave está la cruz de Cristo, la clave de la iglesia. Lo sitúa en un lugar importante de la arquitectura.




















    San Julian de los Prados. siglos VIII y IX
    El arte asturiano, el cual convivio con el Imperio Carolingio sin dejar ser seducido por su magnitud, se caracteriza principalmente por la personalidad de su estilo no dejandose influir por el arte visigodo. Deja atrás los sillares mezclados con mamposteria para usar solo mamposteria y los sillares exclusivamente en los esquinales, el arco de herradura desaparece y emplean el de medio punto y los contrafuertes se convierten en una de sus principales caracteristicas. Su construccion se llevo a cabo entre el reinado de Alfonso II entre los años 760 y 842.
    Planta basilical con la singularidad

    En el exterior destacan los contrafuertes, llegando al punto que en algunas arquitecturas del mundo asturiano se usan contrafuertes innecesariamente. Tanto en la fachada occidental como en los ábsides la utilización de mampostería es notable. Encontramos una cámara que no tiene acceso desde el interior que no se sabe qué significado tiene. En todas las estancias aparecerá esa estancia sobre el ábside con tres ventanales.  


     

domingo, 23 de enero de 2011

Santa Sofía de Constantinopla. 537

Punto de partida en Bizancio. Esta obra llama a dos personajes de los que no conocemos mucho de su vida, debido al paso de los años. Los participes de esta arquitectura son Antemio e Isidoro de Mileto.
Para estudiarla hay que comenzar por saber las agregaciones y derrumbes para darnos una idea de lo que es uno de los grandes edificios de la historia del arte.
En el 537 santa Sofía estaba prácticamente terminada y en el 558, la cúpula se viene abajo probablemente por convertir a Santa Sofía en un verdadero laboratorio de física y geometría. Lo que sucede con esta primera bóveda es que se viene abajo por ser tan plana y pesada.

Antes del año 1453, se sitúan unos contrafuertes para ayudar a sostener el núcleo central. Por eso consideramos que la obra es en su 80% de Justiniano.
El edificio como tal se lleva a cabo en ladrillo mientras que los pilares y soportes se llevan a cabo en piedra para proporcionar estabilidad al edificio.
El núcleo de Santa Sofía se conforma por cuatro pilares que levantaran la gran cúpula central, este punto de partida es el epicentro de toda la arquitectura.
 
A continuación y partiendo de esos pilares aparecen otras cuatro exedras a modo de absidiolos en los extremos (al lado de los pilares marcados en negro). Son unas exedras que nacen de esos pilares y acabaran en otros más pequeños. El siguiente elemento importante del núcleo son dos semicupulas que se levantan sobre las exedras y se apoyan en esa parte central que es la bóveda que va a dominar todo el edificio. Además de todo esto hay que hacer referencia a la existencia de dos bóvedas a los lados de cada semicupula.

Consideramos que Santa Sofía tiene un concepto basilical porque hay naves laterales al norte y al sur que se cubren con bóvedas de aristas. Estas naves laterales se hacen necesarias entre otras razones porque estamos viendo Santa Sofía desde un punto de funcionalidad.


Los cuatro grandes pilares tienen un desarrollo inmenso y alcanzan a las naves laterales. Sobre esos cuatro grandes pilares lo que se voltean son cuatro enormes arcos. Cuatro arcos que deben sostener una cúpula pero ¿Cómo se pasa a un cuadrado a un círculo? Gracias a las pechinas.
Las naves centrales se separan hasta tal punto que tenemos esta arquitectura que es como una gran celosía que se abre que es la que marca la separación entre los laterales y los centrales.
La cúpula se realiza de una forma que adelgaza a medida que va ascendiendo. Los arcos que generan la presión horizontal comienzan a diluirse a medida que va descendiendo y los grandes pilares actúan como gigantescos contrafuertes. Bajo los arcos esta esa celosía.


Los cuatro minaretes fueron levantados después de 1553 ya que la iglesia p
asó a ser mezquita. Estos minaretes le quitan importancia al valor espacial pero sin ellos descubrimos que es una verdadera sinfonía de volúmenes. El ábside, la bóveda de caño, las exedras, las semicupulas y la gran cúpula nos lo permite ver perfectamente el alzado.

En el interior de Santa Sofía se concibe en función de una liturgia, es decir, tendrá una determinada funcionalidad. Este gran espacio central va ser un espacio reservado a lo que ya los bizantinos llamaban las dos mitades de dios: el patriarca de Constantinopla  y el emperador Justiniano. 


La importancia del interior viene dada por el sacrificio de la misa que tendría lugar a la altura del presbiterio. Eran más importantes las dos grandes procesiones, la procesión menor encabezada por el patriarca y la procesión mayor encabezada por el emperador y el patriarca. Tendrían lugar en el espacio central de la cúpula que es la imagen celestial, el reflejo del cielo. El símbolo del lugar que ocupa Dios, la divinidad. Esas procesiones que duraba horas y se recreaban en el gigantesco espacio de la nave central, solo ahí cabían las procesiones porque los fieles solo tenían cabida en las naves laterales y en la parte superior ocultos, podían verlo y oírlo sin participar. El fiel participa, observa pero no se integra en lo que es la liturgia que genera la iglesia bizantina. Por eso Santa Sofía se construye de ese modo para que la luz de la cúpula invada un núcleo central desde la parte superior. Esa luz incidiría en los mosaicos dorados y daría a toda esa área un ambiente que ellos integraban como celestial, casi irreal y en medio de aquellas liturgias aquello se contemplaba como algo realmente divino